Soy de los que cree que la opinión de uno no interesa, necesariamente, a la humanidad, por eso evito decir aquí lo que pienso de todo. Pero, hay causas en las que conviene sumar voces, aunque -como la mía- no sean autorizadas. Y una de ellas es la del calor y los árboles; ahí tampoco es admisible el silencio de nadie.
Por favor, hagamos ciudades más habitables, plantemos árboles de manera masiva, renunciemos al cemento en los suelos urbanos, no diseñemos plazas «duras», planeemos las urbes pensando que al menos ya cinco meses al año se pasa calor en nuestras calles. Es una responsabilidad de los alcaldes y las alcaldesas, que deberían acabar su mandato diciéndonos cuántos miles de árboles han plantado. Y también es una responsabilidad de los profesionales de la arquitectura y el urbanismo, que no deberían permitirse dibujar ni un plano sin muchísimos puntitos verdes. Nos va la vida en ello.
[La fotografía se publicó en HOY y es del Castaño de Calabazas, en Castañar de Ibor, Cáceres]