En una biblioteca hay libros olvidados y otros que adquieren una importancia de la que carecían cuando llegaron. Este de Manuel de Lope lo compré solo porque me interesaba una mención a un personaje al que doy vueltas (el padre Revilla, un profesor del Instituto de Trujillo, religioso franciscano, asesinado en Burgos por los franquistas en 1936).
Unas cuantas palabras de la página 90, que no tenía mejor manera de conocer, fueron la razón de que el libro acabara en mis manos. Leída la mención, este AZUL SOBRE AZUL (Barcelona, 2011) se resistió a ser olvidado y se ofreció, persuasivo, para la lectura.
Escritos hace quince años, cuando aún balbuceaban las redes sociales y el texto corto en la prosa de no ficción era solo territorio del aforismo o de la hoja del dietario, estos fragmentos ofrecen hallazgos, diversidad y hondura en un formato que -a pesar de algún paralelismo- dista mucho del tono habitual en los comentarios de twitter o facebook.
Como el propio autor sugiere, frente a tanta emisión en alta frecuencia y onda corta lo suyo se pretende pensamiento en baja frecuencia y onda larga. Y, al final, entre el murmullo del resto de la biblioteca, me ha llegado esa onda y aquí estoy, dándole la importancia debida.